En la Comisión de Desarrollo Económico, expertos destacaron la necesidad de regular la inteligencia artificial, fortalecer el cine nacional y promover la sostenibilidad del sector audiovisual
Con la colaboración de especialistas en comunicación audiovisual, producción fílmica y propiedad intelectual, la Comisión de Desarrollo Económico, Productivo y Microempresa prosiguió el estudio del proyecto de Ley Orgánica de la Industria Audiovisual.
Federico Duret, especialista en derecho del entretenimiento y nuevas tecnologías; Fernando Oñate, experto en comunicación audiovisual y cineasta; y Cristóbal D’Onofrio, académico y productor, fueron algunos de los invitados que brindaron variadas visiones acerca de las oportunidades y los retos del sector.
Duret subrayó la relevancia de diferenciar entre inteligencia artificial generativa y no generativa, indicando que únicamente la generativa —como ChatGPT, Suno Audio o Midjourney— implica un peligro para las industrias creativas y culturales, dado que se ha entrenado con obras bajo protección de derechos de autor. Este fenómeno, aclaró, crea competencia injusta entre el contenido sintético y el creado por humanos, lo que impacta de manera directa a los autores.
Sugerió que la ley establezca de manera precisa los dos tipos de IA y que se avance hacia una regulación que asegure el pago a los titulares de derechos por el empleo de sus obras. Asimismo, propuso que se revisara el Código Ingenios para extender los derechos de remuneración justa de los creadores y artistas audiovisuales a los productores.
Oñate, por su parte, manifestó inquietud ante la escasez de opciones para realizar películas en el país y la ausencia de sistemas que faciliten al Ecuador establecerse a nivel internacional. En esa línea, planteó cuotas de pantalla, estímulos económicos y el reforzamiento del ICCA (Instituto de Cine y Creación Audiovisual), enfatizando que «el cine tiene que ser considerado como un sector clave para la identidad y proyección del país».
D’Onofrio concluyó que la propuesta de ley es completa y sólida desde un punto de vista técnico, pues trata todo el ciclo de la industria audiovisual, desde su creación hasta su reinversión. Sugirió instaurar un sistema de sanciones efectivo, implementar un modelo de código audiovisual y robustecer elementos como la participación del público y el patrimonio cultural.
