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Quito despidió con honores fúnebres a los militares caídos en Alto Punino, cuyos cuerpos fueron trasladados a sus provincias natales


En una jornada solemne y emotiva, Ecuador dio su último adiós este domingo a los once valientes militares que perdieron la vida en una emboscada el 9 de mayo en Alto Punino, Orellana. El tributo tuvo lugar en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro, en la capital, donde se preparó una capilla ardiente para honrar a los héroes caídos. Los féretros, envueltos en la bandera tricolor, ocuparon el patio de honor, rodeados de cientos de personas, incluyendo familias, autoridades y miembros de las Fuerzas Armadas, que se unieron al homenaje. La misa, oficiada por capellanes castrenses, estuvo marcada por el profundo pesar de los seres queridos de los soldados.

En el transcurso del acto, el comandante del Ejército instó a la unidad del país para hacer frente a los peligros en la frontera y ensalzó la valentía de los fallecidos, que vigilaban un área asediada por la minería ilegal y grupos armados. El presidente Daniel Noboa decretó tres días de luto nacional y concedió el título de Héroes Nacionales a los once militares. Además, el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, comunicó que se brindará apoyo estatal a las familias en vivienda, educación y salud como agradecimiento por la entrega de sus seres queridos.

Después del homenaje, los restos de los militares fueron llevados por aire y tierra a sus ciudades natales, donde serán enterrados con honores militares y respetando las costumbres familiares. El Ejército seguirá apoyando a los familiares en este difícil momento. Este lamentable suceso ha provocado una gran consternación en el país y ha reavivado la discusión sobre la presencia de grupos armados en la frontera norte, así como sobre la seguridad del personal militar en áreas de alto peligro. Más allá del dolor inmediato, este hecho vuelve a recordarnos que se trata de un conflicto que lleva años gestándose y que aún está lejos de resolverse