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La Asamblea Constituyente, en las actuales circunstancias, puede no ser la mejor opción del presidente Daniel Noboa, debido a ciertos factores. Pero, ¿se debe o no aplicar?
La Asamblea Constituyente es el mecanismo constitucional que permite elaborar una nueva Constitución o hacer cambios integrales, propuesta planteada por el presidente de la República, Daniel Noboa, durante la campaña electoral.
Hasta la fecha, el Gobierno no ha precisado si cumplirá esa promesa de campaña o, de hacerlo, cuándo iniciará el proceso. Algunas voces evalúan ventajas y desventajas del momento para aplicar la Constituyente, así como algunos riesgos.
Debate sobre la Asamblea Constituyente
El analista político Lolo Echeverría comenta que una de las principales participaciones de los ciudadanos será en el debate social respecto de la Constituyente. “Ya toma forma ese debate”, indica. Señala que ese debate girará alrededor de tres aspectos:
- Primer planteamiento acerca de la conveniencia, si conviene o no una Asamblea Constituyente.
- Segundo planteamiento sobre si en este momento es oportuna la Asamblea Constituyente. “Una nueva Constitución demanda por lo menos tres elecciones: una para determinar que se acepte la Constituyente; la segunda para elegir asambleístas constituyentes; y la tercera para aceptar o rechazar el resultado (la nueva Constitución) de esa Constituyente”.
- Tercer planteamiento sobre no convocar a una Constituyente, sino plantear proyectos de reformas para que se aprueben en la Asamblea Nacional.
Convocar y ejecutar una Constituyente puede tomar varios meses. “Son por lo menos tres elecciones. Entonces, se juntará una cuarta elección, que es la de los alcaldes. Cuatro elecciones entretienen al Gobierno y a los funcionarios en una campaña electoral y ¿a qué hora gobiernan?”, observa el analista. Las próximas elecciones seccionales para elegir nuevos alcaldes y prefectos serán en 2027.
Echeverría insiste en la posibilidad de que se evalúe si el inicio del nuevo periodo de Noboa es el momento para una Constituyente o se debe dejarla “para más adelante”.
“Esa es la primera fase del debate, antes de estudiar los contenidos de los proyectos constitucionales, debatir acerca de la forma, de la conveniencia y de las alternativas”, resume el experto.
Pros y contra de una Asamblea Constituyente
“No creo que la Constituyente sea una buena opción, la Constituyente es un proceso largo y complejo”, dice el estratega político Leonardo Laso.
Ve que la Constituyente tiene más riesgos que ventajas y pocas posibilidades de éxito: “La única ventaja teórica es que se podría hacer una reforma más amplia, si cabe, de la Constitución… Veo que son demasiados riesgos, demasiado tiempo y que tiene muchos más contras que pros, por eso me parece que no conviene hacerlo”.
Dice que ejecutar el proceso para una Constituyente demoraría entre 10 meses o más, solo hasta la elección de los asambleístas constituyentes, que son quienes deben elaborar el texto de la nueva Constitución. Aquí apunta riesgos.
“¿Qué pasa si para ese momento le agarra al Gobierno en medio de problemas? Digamos que hay apagones, algún evento y que la imagen del Presidente se haya caído, haya perdido el apoyo. Puede pasar que el correísmo imponga una mayoría, gane la elección y tenga la mayoría en esa Constituyente, ahí estamos fritos. Nos impondría una Constitución bolivariana total, mucho más dura que la actual, con la reelección indefinida, con una serie de estos elementos que ellos quieren para su proyecto político”, advierte.
En el otro escenario, si Noboa tiene éxito con la estructura de reformas, vendría la tercera elección, ya cerca de los dos años del Gobierno y el riesgo es el “desgaste”, refiere. “En este tercer momento nos puede pasar lo mismo que ya pasó en Chile, que la gente diga: no aprobamos. Ahí volvemos a cero y habremos perdido dos años para no lograr nada”, añade.
Pero el riesgo no solo es para Noboa sino para el país: “Si vamos a estar en ese debate año y medio, dos años, nadie va a embarcarse en una inversión seria, en minería, en petróleo, construcción de carreteras, en puertos, en hidroeléctricas, fotovoltaicas, todo ese paquete de inversiones se frenaría. Cualquier inversor va a decir: veamos quién gana, con qué Constitución y con qué marco legal voy a invertir. El mismo Gobierno pondría un freno de mano a la posibilidad de creación de empleo”.
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Una gestión de cambios en dos tiempos
El político Andrés Páez resalta que “es una responsabilidad de todos los ecuatorianos, no solo del Gobierno, analizar las distintas posibilidades, porque todo propósito de reforma o modificación constitucional, total o parcial, tiene que comprender el entorno y el momento en el que se encuentra el país”.
Para Páez, la ventaja de una Constituyente es que se puede provocar una transformación total del texto constitucional. Mientras que “la desventaja de una Constituyente, en este momento, es que volvería un escenario de conflicto con el correísmo, que iría a bloquear y a tratar de impedir que se cambie su Constitución, una de las obsesiones del enajenado del ático (Rafael Correa)”.
Sugiere al Gobierno considerar transformaciones en dos tiempos, sobre la parte orgánica y dogmática de la Constitución: cambios por medio de una reforma parcial profunda y luego una Constituyente.
“Una reforma parcial profunda permitiría darle un giro importante y provocar una fuerte transformación a la parte orgánica, que permitirá una fluidez para la tarea gubernamental. Y luego en la Constituyente esta puede incidir en la parte dogmática, en cosas absurdas que se introdujeron, por ejemplo, que los privados de la libertad sentenciados son grupos vulnerables. No, los vulnerables son las víctimas de los sentenciados, no los sentenciados”, plantea Páez.
“Propongo que las reformas se hagan desde la Asamblea, es perfectamente posible hacer las reformas fundamentales: eliminar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, el Consejo de la Judicatura; que se incluya la independencia de la Fiscalía para que tenga capacidad de investigación y operación; y la reforma política de los movimientos y partidos para tener una estructura política más fuerte”, detalla Laso. Páez propone que se instale una Asamblea con un sistema bicameral y que se racionalice el número de asambleístas por provincias.
No obstante, Páez observa que Noboa necesitará un sólido bloque parlamentario que respalde la aprobación de las reformas parciales. Laso no duda que el oficialismo lo logrará.
“El 24 de mayo (día de la posesión) representa para el presidente Noboa el inicio de una acción gubernamental eficiente, eficaz, rápida, contundente, destinada a sacar a la gente de la pobreza, a resolver los problemas más urgentes”, concluye. (KSQ)
El artículo 444 de la Constitución establece que la Asamblea Constituyente solo podrá ser convocada a través de consulta popular. Esta consulta puede ser solicitada por el Presidente de la República, por las dos terceras partes de la Asamblea Nacional (151 asambleístas), o por el 12% de las personas inscritas en el registro electoral.