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En Ecuador, la cultura emprendedora sigue viva, pero el miedo a fracasar va en aumento. El más reciente informe GEM revela que, aunque el país encabeza el emprendimiento temprano en América Latina, la intención de iniciar nuevos negocios se ha desplomado un 32% en solo un año. Entérese de por qué
En un país donde uno de cada tres adultos está involucrado en la creación o gestión de un nuevo negocio, el miedo al fracaso ha comenzado a eclipsar el ímpetu emprendedor.
Según el Global Entrepreneurship Monitor Ecuador 2024/2025, presentado este 30 de abril de 2025 en Quito, la intención de emprender en Ecuador ha caído del 56% en 2023 al 38% en 2024, una reducción del 32% que responde a factores económicos, sociales y políticos.
El informe, liderado por académicos de la UTPL, PUCESI y UEES, señala que el 40% de los ecuatorianos no emprendería por miedo a fracasar, incluso si detecta oportunidades favorables.
Esta percepción se ha incrementado frente a 2023, reflejando un entorno de creciente incertidumbre.
¿Por qué ha aumentado el miedo a emprender en Ecuador?
El temor a emprender en Ecuador ha crecido en paralelo a la inestabilidad económica, política y social que atraviesa el país. El informe GEM identifica varios factores que explican este aumento del miedo al fracaso:
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Contexto económico adverso: La caída del PIB en los dos últimos trimestres de 2024 y el estancamiento de sectores clave como el petróleo han incrementado la percepción de riesgo financiero.
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Crisis energética y seguridad: La falta de electricidad y el auge de la violencia afectan la operación diaria de pequeños negocios, lo que disminuye la confianza en iniciar nuevos.
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Acceso limitado a financiamiento: Aunque ha habido un incremento de crédito privado, el alto riesgo país limita la disponibilidad de préstamos accesibles para emprendedores.
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Incertidumbre política: El nuevo ciclo electoral en 2025 intensificó la inestabilidad institucional, haciendo que muchos posterguen sus planes de negocio.
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Burocracia y falta de apoyo público: Las políticas gubernamentales no ofrecen suficientes incentivos para la creación de nuevos negocios, especialmente entre mujeres y jóvenes.
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Factores culturales y educativos: El informe destaca que, aunque el 84% de la población cree tener habilidades para emprender, solo el 42% considera que es fácil hacerlo en Ecuador, lo que refleja barreras estructurales y un entorno percibido como hostil.
El perfil del emprendedor ecuatoriano
Pese al clima adverso, Ecuador ostenta la tasa más alta de emprendimiento temprano de la región (TEA: 33,37%), superando a Chile, Puerto Rico y Brasil. Este dinamismo se da tanto en hombres (34,8%) como en mujeres (32%), con una distribución casi igualitaria.
Los emprendedores ecuatorianos se caracterizan por:
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Alta autoconfianza: 84% cree tener las habilidades para emprender.
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Motivaciones diversas: 42% emprende por falta de empleo, 29% para crear riqueza y 17% para “marcar la diferencia en el mundo”.
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Predominio juvenil: La mayoría se concentra entre los 25 y 44 años.
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Educación media o superior: Aunque el nivel formativo varía, hay una notable concentración en niveles técnicos y universitarios.
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Enfoque en servicios al consumidor: El 66% de los emprendimientos se orienta a este sector.
Perspectiva positiva: emprender con impacto en Ecuador
A pesar de los retos, el informe destaca ejemplos inspiradores como el de Juan Sebastián Vélez, joven manabita que convirtió la sobreproducción de pitahaya en un licor internacionalmente premiado: Drakon. Su caso refleja una generación de emprendedores que apuesta por la sostenibilidad, la innovación y la identidad local.
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El panorama del emprendimiento en Ecuador es una paradoja: mientras muchos se lanzan a crear empresas, el miedo y la falta de condiciones propicias están apagando las intenciones futuras.
Para revertir esta tendencia, el país necesita políticas públicas coherentes que reduzcan la incertidumbre, faciliten el acceso a recursos y valoren el emprendimiento como motor de desarrollo económico y social. (JS)