El país afronta un segundo éxodo de ecuatorianos. La primera vez que ocurrió esto fue en la crisis económica de fines de los 90 y principios de los 2000. Ahora se experimenta otra escalada migratoria como consecuencia de problemas que no se resuelven.
La población, principalmente, de estratos económicos medios, medio bajo y bajo están huyendo del Ecuador.
Hay al menos cuatro factores que pesan en esta decisión: pobreza, desempleo, aumento del crimen organizado, miedo creciente a las extorsiones y a la delincuencia.
La disolución de la Asamblea y la convocatoria a elecciones presidenciales anticipadas no generan ninguna esperanza ni detiene el deseo de salir.
Incluso con una media de 15% de emigrantes que llegan cada año a EE.UU. solo para ser detenidos y deportados, la búsqueda del “sueño americano” no declina.
Sin importar los peligros y las restricciones del gobierno del presidente Joe Biden, los ecuatorianos aman tanto EE.UU., que ni los mismos estadounidenses lo comprenden.
La ola migratoria comenzó tras la pandemia y se ha extendido hasta hoy. El flujo de entradas y salidas de ecuatorianos que registra el Ministerio del Interior tiene saldos negativos.
Los registros de partidas desde el país, entre 2021 y 2022, superan en 195 427 a las entradas.
Esta tendencia se mantiene en el primer cuatrimestre de 2023: 48 049 personas salieron y no han vuelto.
Uno de los países a los que siguen viajando más ecuatorianos y desde donde parten para llegar a Norteamérica es Nicaragua. Entre enero y abril de 2023 viajaron a ese destino 11 394 nacionales y desde ahí apenas arribaron 268.
Esta ruta, a su vez, es una de las razones por las que la demanda de pasaportes mantiene al Registro Civil a tope. Hasta abril, la entidad ha otorgado 239 154 documentos. La agenda de turnos el pasado lunes estaba llena hasta julio.
Más allá de los esfuerzos que se hagan por frenar la migración hay que reconocer que las soluciones que se han dado no son las mejores.
Internamente, el ecuatoriano siente el abandono del Estado, el cual no garantiza niveles mínimos de seguridad ni de bienestar.
El candidato que se imponga en las próximas elecciones, más allá de sus pretensiones personales y de grupo, tiene a un país atravesado por las crisis.
Por otro lado, la manera de disuadir a los migrantes desde los EE.UU. tampoco está dando resultados.
La Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección del 2022 habla de perfeccionar una respuesta de emergencia coordinada, entre los 21 países participantes, para prevenir la emigración antes de que empiece. Así también de promover vías alternativas y legales para la emigración.
Las acciones que se tomen de lado y lado serán cruciales en los siguientes meses, pues se trata de poblaciones, cuyo fin primario es la sobrevivencia.