Michelle Zevallos es entrenadora de pilates y ejercicios funcionales en Kontrology Quito. Foto: Michelle Zevallos
Pilates es un tipo de entrenamiento cuya función principal es fortalecer los músculos del cuerpo a través de la concentración.
Con la popularidad que ha ganado el método pilates, en Quito existen más de 20 centros de entrenamiento que se especializan en este ejercicio de bajo impacto. Con o sin máquinas, practicar pilates puede ser una vía para mejorar el estado físico y mental de las personas.
«Es una técnica que se basa en generar fuerza en los músculos estabilizadores del cuerpo, que nos ayudan a sostener la postura, mantenernos de pie o sentados’’, explica Ana Albornoz, fisioterapeuta e instructora de pilates. Michelle Zevallos, también instructora de pilates, detalla los seis principios de este método: concentración, control, centralización, precisión, fluidez y respiración. «Se fortalece el cuerpo a través de la integración de la mente’’, explican ambas.
Al ser un tipo de entrenamiento de bajo impacto, no es necesario realizarlo todos los días. Según Albornoz, basta con ejercitarse dos veces por semana para obtener resultados en un mes. En Quito, el costo mensual de realizar pilates va desde los $75 hasta los $140.
Los beneficios de hacer pilates, según Zevallos, incluyen:
Aumento de la fuerza.
Mejorar la flexibilidad y el equilibrio.
Ayuda a la prevención de lesiones.
Controla la respiración, ayuda a la coordinación.
Tonifica todo el cuerpo y ayuda a alargar y definir los músculos.
El método pilates se puede fusionar con la fisioterapia para tratar traumatismos, lesiones y otros tipos de desgastes musculares. ‘’Nosotros, los fisioterapeutas, al conocer la biomecánica corporal implementamos este entrenamiento para producir estabilidad y volver al movimiento natural del cuerpo, que es el fin de la recuperación total de una lesión física’’, explica Albornoz. También recalca que no es necesario usar máquinas para obtener resultados.
Fernanda Betancourt, quien practica pilates desde el 2021, enfatiza la reducción del estrés como un beneficio de este entrenamiento. ‘’Te ayuda a conectar con tu cuerpo y con las personas a tu alrededor”, comenta.
Su popularidad se basa en los beneficios que trae, sin riesgos de lesión. Otra de las razones es que se adapta a cualquier condición biológica de las personas. “Desde adolescentes hasta adultos mayores y mujeres embarazadas”, recalca Zevallos. En el centro de entrenamiento de Ana Albornoz, el paciente más joven tiene 10 años y el mayor, 72. LA HORA LAB: USFQ